EL DIBUJO INFANTIL

EL DIBUJO INFANTIL

Por: Yesenia de Catota.

El dibujo infantil es un medio de expresión muy importante en los niños, al dibujar se abre un mundo de posibilidades de desahogo, de sensibilización y creatividad. Las características del dibujo infantil evolucionan y crecen a la par del niño. El desarrollo mental y físico del niño influye enormemente en el dibujo. Así, cuando son muy pequeños, los niños comienzan a dimensionar los materiales y el espacio, luego garabatean y poco a poco logran que su dibujos ean más detallados y organizados.

Desde mucho tiempo atrás, antes de que apareciera la escritura, el dibujo ha conformaba una de las principales herramientas de expresión. Con el tiempo los materiales y las técnicas han cambiado, más la función principal del dibujo prevalece, sobre todo en los niños

El dibujo evoluciona  y con la práctica madura, siendo al principio un garabato carente de sentido, hasta llegar a dibujos muy completos y elaborados. Es un elemento vital para el desarrollo del bebé, puesto que con el dibujo se desarrollan  aspectos como la psicomotricidad, la creatividad y la expresividad; además de crear las bases para la escritura; e incluso ayuda a desarrollar la personalidad del bebé.

Maestros en el tema han clasificado las etapas por las que pasan los dibujos de los niños,  desde que éste es capaz de sujetar un lápiz hasta que define su estilo de dibujo y perfecciona su técnica, más o menos a 14 años. Yo me centraré en las dos primeras etapas, que son a mi juicio, las más importantes en su desarrollo. A partir de esas dos etapas, los dibujos tendrán formas reconocibles y su evolución se centrará más en su técnica y mejora, convirtiéndose ya, en dibujos maduros.

ETAPA DEL GARABATO EN LOS NIÑOS DE 2 A 4 AÑOS

En esta etapa, que dura desde los 2 años hasta los 4 años más o menos, el bebé pasa por diferentes fases, pero en todas ellas no hay intención de representar nada, simplemente el pequeño traza y disfruta con el movimiento.

Fase 1: Garabateo descontrolado en los niños

Con 2 años, el bebé empieza a dibujar sus primeros trazos, pero aún no sabe que puede dominar esos trazos y hacer con ellos lo que quiera. Se despista con facilidad y no siempre mira al papel mientras dibuja, por lo que tan sólo estará unos pocos minutos dibujando. En esta etapa los garabatos no pretenden representar nada, sino que sirven para el desarrollo motor del niño, siendo una actividad física más que psicológica. El bebé comprende que dibujar es algo agradable, y cada vez disfruta más con el movimiento.

 

Fase 2: Garabateo controlado en los niños

Sobre los 30 meses, el niño empieza a darse cuenta de que hay cierta relación entre los trazos del papel y sus movimientos, por lo que garabatea con más entusiasmo e intenta variar sus movimientos. El niño empieza a desarrollar su capacidad mano-ojo y a situar sus dibujos en un espacio. Los colores aún no tienen importancia, puesto que sigue siendo una etapa muy física.

Fase 3: Garabateo con nombre en los niños

 

Entre los 3 y 4 años comienza una nueva etapa de mucha importancia en el desarrollo del niño. Ahora empieza a dar significado a sus dibujos ("Éste soy yo", "mi mamá y mi papá "), aunque nosotros no podamos reconocer nada.

El pensamiento del niño está cambiando, pues ahora es capaz de controlar sus movimientos y dibujar lo que pretende. Dedica más tiempo a sus dibujos y sus garabatos cambiarán de forma notable. Ahora están mejor distribuidos en la página y a veces incluso intentará escribir cosas.

EN ESTA ETAPA ES VITAL QUE EL ADULTO NO DÉ A CONOCER SU VERSIÓN DEL DIBUJO. HAY QUE DEJAR QUE EL NIÑO NOS CUENTE LO QUE DIBUJA Y DEJARLO TERMINAR, PARA NO CAMBIAR LO QUE ESTÁ PENSANDO.

Empieza a utilizar los colores de forma intencionada, aunque eso no significa que coloree los objetos con el color que les corresponde, sino que lo hará con el que a él le apetece. Desde los 4 años hasta los 7 años, el niño alcanza la cumbre de la evolución de su garabateo. Ahora los trazos tienen formas reconocibles y normalmente lo más dibujado serán figuras humanas.

Y es el momento en que puede apreciarse pequeños matices que ayudan a comprender aspectos de su vida, desde situaciones familiares hasta traumas. 

Los colores van siendo más apegados a la realidad, aunque como en la etapa anterior muchas veces simplemente escoge el color que le gusta según lo que quiere expresar. Sus dibujos son mucho más ordenados, les dedicará más tiempo y será más constante en su tiempo de dibujo, sin apenas distracciones.

El dibujo es en principio un acto libre y natural. Y para apoyar correctamente este medio de expresión debemos tomar en cuenta que  el dibujo de un niño  es importante para él por tal motivo es necesario verlo con interés, evitando limitar la creatividad del niño con parámetros o ideas pre concebidas del cómo deben ser las cosas, es mucho más productivo que alcance esa mirada crítica por sí solo; Además debemos tomar en cuenta que aunque los dibujos impresos para colorear son buenos para el fin específico de mejorar el coloreo, el dibujo libre ayuda no solo con ese aspecto motriz; sino que además muestra un camino a la imaginación, a la creatividad y al auto conocimiento; ya que el poder expresar lo que se siente o entiende de la vida, no solo es para decir algo a los que nos rodea, la mayoría de veces es para decirnos algo nosotros mismos.